domingo, 31 de diciembre de 2017

Feliz Salud Mental 2018!!! Tres deseos para el nuevo año.

2017 ha sido un año muy satisfactorio en WAPR. El próximo año 2018 está muy cerca. Este será el año del WAPR XIII World congress. Esta puede ser una oportunidad para expresar algunas expectativas y deseos para el próximo tiempo en nuestro campo.



         Como muchos de nosotros pensamos, la atención a los enfermos mentales está experimentando un cambio profundo, a menudo caracterizado como un cambio de paradigma. Existe una conciencia cada vez mayor de la importancia de la salud mental como posible contribuyente a la discapacidad en la población general, y la importancia de abordar de manera más efectiva los problemas graves de salud mental como una forma de reducir la carga de sufrimiento y  discapacidad de la población. Muchas ideas y propuestas se han puesto sobre la mesa en los últimos años en áreas como prevención, tratamiento y rehabilitación. Pero en esta oportunidad, solo mencionaré tres, de una manera muy subjetiva.

            Continuemos entendiendo el proceso de recuperación de la enfermedad mental. Más allá del tratamiento como una forma de superar síntomas específicos, para las personas que padecen enfermedades mentales graves, la recuperación significa ganar una vida significativa más allá de los síntomas residuales que el tratamiento no puede eliminar, la discapacidad y los posibles efectos secundarios del tratamiento. Cuanto más aprendamos de la experiencia de los usuarios en los procesos de recuperación exitosos, mejor podemos utilizar es ese conocimiento para ayudar a los pacientes nuevos a recuperarse en su proceso único y personal. Esta necesidad de una nueva comprensión también incluye la comprensión del proceso para enfermar, la comprensión de la vulnerabilidad, el papel de los eventos biográficos adversos y otras experiencias traumáticas como posibles factores contribuyentes para un mayor desarrollo de la enfermedad. Cuanto mejor entendamos el papel de todos estos factores, mejor podremos ayudar a los pacientes a enfrentarlos. La comprensión conducirá a servicios que contemplen de manera mas profunda la extraordinaria complejidad de enfermarse y también de mejorar.

         Mejoremos el acceso a los servicios de salud mental. Somos conscientes de que muchas personas en el mundo tienen acceso limitado a tratamientos psiquiátricos correctos, incluso a tratamientos básicos y limitados. Como la OMS a menudo afirma -ver la base de datos Atlas de la OMS-, en muchos países los servicios disponibles se asignan principalmente a hospitales psiquiátricos, que reciben la mayor parte de los presupuestos públicos en detrimento de los servicios comunitarios, que son más accesibles y generalmente más agradables para las personas. Mejorar la accesibilidad implica que los legisladores asuman la responsabilidad de crear planes de salud mental -si no existen- y de asignar el presupuesto requerido, a fin de garantizar que el acceso a los servicios para los enfermos mentales esté disponible en condiciones de equidad respecto de las personas con otros problemas de salud, generalmente mejor financiados que la salud mental. Los servicios comunitarios son servicios ubicados cerca de los lugares donde vive la gente, capaces de proporcionar servicios continuos y de calidad siempre que sea necesario; son la estrategia correcta para mejorar el acceso a servicios orientados a la recuperación para las personas afectadas por enfermedades mentales graves. El año 2017 ha ofrecido ejemplos interesantes de países que han mejorado drásticamente el acceso a los servicios de salud mental a sus ciudadanos - el caso de Perú puede ser paradigmático. Esperemos que 2018 pueda aumentar la conciencia sobre la necesidad de mejorar el acceso a los servicios y ofrecer mejoras similares en otros países.

         Hagamos lo posible para reducir las intervenciones coercitivas. La coerción y la psiquiatría han estado históricamente unidas por razones complejas. Ahora sabemos que la enfermedad mental suele ser un proceso duradero que comienza mucho antes del momento en que es efectivamente detectada. Sin embargo, dado que los primeros signos de enfermedad mental generalmente no son muy específicos y generalmente se descuidan, el inicio de la enfermedad mental suele ser dramático y estar relacionado con conflictos agudos que pueden implicar preocupación sobre la seguridad del paciente o de terceros. Si agregamos que la locura es una experiencia humana extrema que desafía la comprensión, y generalmente se percibe de manera estigmatizada, podemos entender por qué la coerción está vinculada a intervenciones psiquiátricas, y que la psiquiatría haya recibido dos tareas diferentes y a veces, bastante incompatibles- : ofrecer tratamiento y garantizar la seguridad. Es por eso que a lo largo de muchos años, en muchos servicios psiquiátricos de todo el mundo, la coerción se acepta de manera amplia y acrítica como una parte "normal" de la práctica. Pero esta percepción necesita reajuste. En primer lugar, la investigación muestra que las intervenciones coercitivas se pueden reducir amplia y fácilmente al mejorar la formación y cambiar las actitudes del personal. En segundo lugar, aunque es difícil negar que la seguridad a veces es una preocupación real en la práctica, se ha demostrado en diferentes lugares que un equipo bien formado y motivado puede abordar la mayoría de las emergencias sin necesidad de recurrir a métodos coercitivos. Y tercero, la perspectiva de los Derechos Humanos, especialmente la que surge de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU, obliga a reconsiderar el uso de la coerción en las intervenciones psiquiátricas como una práctica rutinaria, donde sea que ocurra. Reducir la coerción al mínimo ... ¿puede ser cercano a cero? - puede ser un buen desafío para el nuevo año.

            Esperemos lo mejor para el próximo año, y que estos tres deseos puedan encontrar su camino en él. El Congreso Mundial WAPR Madrid 2018 reunirá algunas de las experiencias más interesantes del mundo en estos temas y ofrecerá talleres de capacitación para poner esas experiencias a disposición de todos los delegados.

            ¡Feliz 2018!

6 comentarios:

  1. Una entrada muy interesante, se realiza un análisis de la tres temas complejos y polémicos. Es instantes porque no podemos seguir mirando para otro lado y debemos afrontar estas cuestiones de frente para seguir mejorando el tratamiento del trastorno mental, para sor mejorando la comprensión del trastorno mental.

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  2. Mas que un análisis, es una breve mención... En efecto, temas complejos... Gracias por su comentario!

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  3. Efectivamente estos temas son altamente complejos y suponen un gran desafío para todos los profesionales que trabajamos en el campo de la salud mental. Esto no quita que sea de vital importancia que todos nos paremos a pensar sobre ello y nos replanteemos qué hacer ante situaciones que ponen en riesgo la imagen y la dignidad de las personas con las que tratamos diariamente. Creo que es necesario replantearnos nuestras prácticas y defender que es posible que las personas con Enfermedad Mental consigan recuperar su proyecto de vida, luchando día a día contra el estigma al que tienen que enfrentarse y luchando por sus derechos y la consecución de una red de servicios y dispositivos más amplia y ajustada a sus necesidades para así poder evitar situaciones tensas y desagradables para todos. Muy buenos deseos para este 2018.

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  5. Estoy en completa sintonía con los objetivos propuestos en el post.
    Como vemos en la práctica diaria, en muchas ocasiones los síntomas positivos o negativos de la enfermedad mental no desaparecen con el uso de la farmacología, sin que eso indique que la recuperación es imposible. En este sentido una definición de recuperación que me encanta es la aportada por New Freedom Commission of Mental Health en 2003 y que dice que es la “Capacidad para vivir, trabajar, aprender y participar plenamente en la comunidad. Se trata menos de volver a ser quien se era y más de descubrir quién se puede llegar a ser” y añadiría la propuesta por Recovery Scottish Network que describe que “La recuperación permite vivir una vida cargada de significado y satisfacción, con o sin síntomas. Se trata de tener control de tu propia vida”. Esta nueva visión de la recuperación que se está gestando en los últimos años aporta esperanza a la persona con enfermedad, a la familia y a los profesionales que trabajamos en ello.
    Con esa misión debemos plantear nuestras intervenciones, transmitir esperanza, permitir el crecimiento de la persona desde su propia experiencia y que ésta, sea tenida cuenta para planificar nuestras intervenciones y como ayuda para otras personas con similar situación. Por ello se debe empezar haciendo un abordaje integral de la persona con enfermedad mental, escuchando su voz, buscando en sus motivaciones una forma de enganche, averiguar cuáles son sus objetivos y planificar en conjunto con ella a dónde quiere llegar y qué se va a hacer para alcanzar ese punto.
    En resumen, debemos convertir a la persona en el eje de nuestras intervenciones, debe ser protagonista y partícipe de su recuperación, de su crecimiento, puede que no se consiga volver a la vida que tenía antes de un diagnóstico, pero la nueva no tiene por qué ser peor.

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  6. En cuanto a la reducción de las medidas coercitivas, en muchas ocasiones, va unido a la formación de los profesionales. La experiencia nos muestra como sistemas o forma de tratamiento como puede ser el "Diálogo abierto" están teniendo mejores resultados que las medidas convencionales utilizadas en muchos entornos como puede ser una UIB de cualquier hospital perteneciente a nuestro SNS. El hecho de aislar y apartar a la persona de su entorno, privarla de libertad, quitarle sus pertenencias, obligarla a usar ropa que no es la suya despersonalizándola, no contribuye en su proceso de recuperación, y además de estigmatizante, causa en gran parte de las ocasiones, un trauma difícilmente superable.

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